Ando por la calle Maturin tatuada de silencio
sintiendo el pasado con las horas ausentes
oyendo batallas con su ruido perenne.
Sigo mi camino y cruzo por las calles desiertas
viendo brotar el sol en el eje infinito,
calentando paredes centenarias
donde el tiempo no ha podido doblegarlas
y la soledad habita con su rumor de siglos .
Prosigo entre las ruinas de la casa fuerte
escuchando el ruido de los cañones
y el detonar de las armas .
En cada esquina una silueta dibuja el pasado
y el pasado humeante palpita en cada piedra
levantando el rumor de tiempos pasados .
No me detengo ...
La risa de un niño espanta los fantasmas
y las ruinas de la casa fuerte se levanta altiva
aflojando los nudos de la historia .
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